La prisión del «emperador de los mexicanos»
DOI:
https://doi.org/10.13035/H.2021.09.02.23Resumen
El irlandés Guillén de Lampart llegó a México en 1640, fue aprehendido en 1642 y quemado vivo por la Inquisición en 1659. Su dilatado proceso tiene muchas incógnitas, porque inicialmente se le detuvo por cargos de brujería, con acusaciones de judaizante y mago judiciario, pero durante su breve fuga de tres días escribió un panfleto que pegó en varias partes de la ciudad y luego, en el «Desagravio…» que lo obligaron a escribir, descubrió la inquina de los inquisidores confabulados con el arzobispo Juan de Mañozca. La megalomanía de Lampart impide descifrar en sus escritos si realmente era un espía del conde-duque de Olivares, si la fantástica fuga de las cárceles inquisitoriales tuvo alguna relación con sus alucinaciones o si solamente era un intelectual enloquecido que invitó a la sedición y se declaró «emperador de los mexicanos».Descargas
Citas
Guijo, Gregorio Martín de, Diario 1648-1664, tomo I, México, Porrúa, 1986.
Guillén, Lombardo de, Cristiano desagravio y retractaciones de don Guillén de Lombardo, ed. Gonzalo Lizardo, Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacatecas, 2017.
Guillén de Lampart, «Pregón de los justos juicios de Dios, que castigue a quien lo quitare», en Memoria Política de México, s. p., http://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/1Independencia/1650-PJJD-GL.html
«Papeles de don Guillén, Colección Conway», en Gabriel Méndez Plancarte, Don Guillén y su «Regio Salterio». Ms. latino de 1655, México, Bajo el signo de «Ábside», 1948, pp. 154-155.
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